El duelo en tiempos de pandemia: Una conversación necesaria

Con una alta participación no sólo a nivel nacional, sino que internacional, la Psicóloga Sandra Montoya, el Psiquiatra Yvan Lailhacar y el religioso Franciscano Lino Miranda, reflexionaron desde una mirada psicológica, psiquiátrica y espiritual, la relevancia del duelo.

La primera charla estuco a cargo de Sandra Montoya, quien comenzó su exposición “Duelo en tiempos de Covid”, definiendo este proceso como un proceso psicológico que nos vemos enfrentados tras cualquier tipo de pérdida: “Las características del duelo pueden variar en la medida y en función del grado de vinculación emocional o de la naturaleza de la pérdida. Las pérdidas no siempre son físicas, sino que también pueden ser de carácter abstracto”, aclaro.

Luego, a la luz de las cinco etapas del duelo – Negación, Ira, Negociación, Depresión y Aceptación-relevó lo más importante de cada uno de ellos:

“La negación es un momento o una reacción que se produce de forma muy habitual inmediatamente después de la pérdida y que lleva a un estado de shock, y aunque en ocasiones en esta fase del duelo implica negación, esto no siempre sucede, sino que se puede manifestar de un modo más difuso o abstracto”.

“La ira– que viene tras el fin de la negación- va asociado a un sentimiento de frustración e impotencia con respecto de la propia capacidad de vivir está perdida y conlleva la aparición de enfado. Se busca atribuir la culpa en algún factor como puede ser a otra persona o incluso a uno mismo”.

“La negociación es una fase donde la persona guarda la esperanza de que nada puede influir de algún modo en la situación. A modo de ejemplo, pacientes a quienes se les diagnosticó alguna enfermedad terminal, intentan explorar opciones de tratamiento a pesar de saber que no existe una cura posible”.

“La depresión es una fase donde la persona empieza a asumir, en definitiva, la realidad de la pérdida. Viene con un sentimiento de tristeza y desesperanza, junto con otros síntomas típicos de los estados depresivos como el aislamiento social y creer que la vida se detiene en alguna parte del tiempo”.

“La aceptación es la última fase y es un estado de calma de comprensión sobre la muerte y otras pérdidas. Se vive como algo natural en la vida humana. La fase de aceptación se relaciona con la inevitabilidad de los hechos y, por lo tanto, se acepta el proceso de duelo”.

Sandra al cierre de su exposición, recordó que “en ocasiones el hecho de no poder ver al otro y no poder despedirse, es uno de los puntos más centrales del Covid-19”.  

En un segundo término, vino el doctor Yvan Lailhacar, quien abordó el duelo desde una perspectiva más psiquiátrica o médica y manifestó que “desde el punto de vista médico, la muerte significa la suspensión absoluta de las funciones vitales y pone a la existencia humana, en una encrucijada vital, dónde exige una resolución respecto del sentido que tiene por una parte la vida, y, por otra parte, si es que la hay -por decirlo de alguna manera- vida después de la muerte”.

Al igual que Sandra, describió cinco reacciones normales de un duelo como son la Protesta, la Búsqueda, la Desesperación, la Indiferencia y la Reorganización, deteniéndose en esta última que la definió como un equivalente a la aceptación según palabras de Sandra: “En esta etapa, el desafío de una persona es encontrar la forma psicológica y formas simbólicas que le hacen al sobreviviente, entablar una relación distinta con aquel que falleció. Ya no es una relación con la persona físicamente presente, sino que es una relación con la persona que ya no está presente, sino que está en el interior”, dijo.

Posteriormente, habló sobre los tipos de dolor que experimenta el duelo y los detalló como Crónico, Hipertrofico, Diferido y Traumático:

“El dolor crónico es el más frecuente, donde el sufrimiento dura más de un año y se caracteriza por una amargura interna con una idealización del fallecido”.

“El dolor hipertrófico, se refiere a ciertas reacciones de dolor muy intensas- extremadamente intensas- que aparecen después de una muerte súbita e inesperada y las reacciones son tan intensas, que empiezan a afectar el funcionamiento del individuo en el sistema donde se mueve”

“El dolor diferido dura lo que duraría un duelo normal y los síntomas de tristeza asociados al duelo aparecen después de lo que podría ser un duelo normal”.

“El duelo traumático es una mezcla entre el duelo crónico y el hipertrófico, es decir, es un proceso psíquico dónde las reacciones asociadas a la muerte son muy potentes y duran un largo período”.

Dentro de las enfermedades médicas asociadas al duelo, el doctor describió la exacerbación de patologías médicas preexistentes y el aumento en el consumo de alcohol y tabaco y el de medicamentos sin recetas médicas, como también las enfermedades psiquiátricas que se asocian como son trastornos depresivos mayores de ansiedad por estrés, por lo que según el facultativo puedo aumentar el riesgo de suicidio: «Este tiempo de pandemia donde el acompañamiento de un proceso o donde los ritos mortuorios están suprimidos, hace que la etapa de aceptación o de reorganización, sea más difícil para los sobrevivientes y con una alta posibilidad de cuadros psiquiátricos asociados al duelo», finalizó.

El hermano Lino Miranda, junto con valorar este tipo de instancias, explicó que “el duelo es uno de los temas que está muy latente y que se ha acentuado aún más en este tiempo de pandemia. Los procesos de duelo no se viven únicamente por la pérdida de un ser querido frente la realidad de la muerte, los duelos se viven también por los distanciamientos sociales- que es algo que estamos viviendo ahora- por las pérdidas de trabajo, que también es consecuencia de la pandemia. Cuando los duelos no son bien vividos, la experiencia personal se transforma en una situación compleja. Eso tendrá repercusión personal, como también comunitario o familiar, ya que aparecen conductas que pueden llevar a los demás a tener ciertas dificultades”.

A lo anterior, continuó: “Hablar de este tema en tiempos de pandemia resulta interesante y la gente lo acoge muy bien, porque es algo que se está viviendo, ya que tiene que ver con las emociones, con las relaciones y con el modo de cómo enfrentar esta pandemia. Me pareció muy buena iniciativa. Se hace corto el tiempo, sin duda, porque esto daría para mucho más, pero como instancia, me sentí bastante bien y contento. Ojalá en el futuro se puedan dar otras instancias”, pidió. 

La actividad culminó con la respuesta de los tres invitados a las preguntas que realizaron de manera online los participantes.

Cada una de las jornadas, se enmarcan en la formación permanente anual que fomenta la directiva de la Familia Franciscana y que se han organizado desde julio a octubre de este año de manera virtual, gratuita y abierta al público en general, buscando resaltar elementos del carisma franciscano, desde su teología, cultura, historia, espiritualidad, y con una mirada integral de la persona.