“La Ordenación Diaconal está lejos de ser una fiesta del hermano que se ordena, es una fiesta de la Iglesia, de la Orden y de todo el Pueblo de Dios que recuerda que Dios sigue llamando y lo seguirá haciendo”, dijo el fraile en su celebración.
Tras un caminar de doce años por la Orden Franciscana, llegó el momento en que el hermano Miguel Ángel Correa Eulufi, hijo de Julio e Inés, dijera sí al Señor para realizar su ordenación diaconal, en compañía de cientos de personas que llegaron hasta el templo San Francisco de Alameda. Fueron frailes, religiosas, familiares y amigos quienes quisieron ser testigos de la celebración, que fue presidida por el obispo Alberto Lorenzelli.
En su mensaje para el hermano Miguel, el obispo le expresó: “pídele a Jesús que te conceda hoy y para siempre el imitarlo en su caridad llena de sencillez y generosidad para con todos, especialmente con los pobres, los enfermos, los alejados y los pecadores. Pon tu mirada especial por los más necesitados. De esta manera darás testimonio, en un mundo que pretende excluir a Dios y hacer del poder, el tener o el placer los únicos criterios de vida, que la existencia sólo es bella y se despliega en plenitud en el amor servicial de Cristo”.
Luego de su homilía y tras examinar la voluntad y disposición del hermano Miguel en el rito de ordenación, éste prometió fidelidad a su Iglesia y como signo de entrega y abandono se postró ante el altar mientras la comunidad invocó el auxilio de los Santos en el cántico de las letanías.
Posteriormente, por la imposición de manos del obispo, la oración consecratoria y la entrega del libro de los Evangelios, el hermano Miguel recibió el sacramento de la Orden y fue revestido con la estola y dalmática, en medio de la emoción de todos los presentes.
Tras su ordenación, el nuevo diácono en tránsito de la familia franciscana de Chile expresó: “El seguimiento de Jesús se ha transformado en mi vida en un verdadero proyecto que cada vez me ha ido mostrando de diversas maneras el cómo ir haciendo vida el Evangelio y el Evangelio vida. Sin duda, el seguir a Jesús es verdadero camino hacia la libertad. Hoy al recibir la Ordenación Diaconal en mi corazón vuelve a resonar: gracias por todo y por tanto. Es volver a sentir que Dios llama y sigue llamando las veces que sea necesario, es esta llamada al corazón a seguir viviendo en clave de amor, entrega y servicio al estilo de nuestro hermano Francisco de Asís”.
Al continuar, el hermano agradeció a los frailes de la orden por el apoyo y fraternidad, a las hermanas clarisas y a toda la familia franciscana que lo ha acompañado. “Deseo agradecer en especial a mis padres y a mi tía Eliana, que a lo largo de toda mi vida me han enseñado una y otra vez que la fe se vive con obras y en permanente conversión del corazón. Gracias Papás por regalarme la vida y educarme en la fe que hoy en mi mayor tesoro y felicidad”, señaló.
Al finalizar la celebración, el hermano Isauro Covili, provincial de la Orden Franciscana, destacó el importante momento para la provincia, dado por los grandes carismas del hermano Miguel: “Su personalidad, su forma lo ha caracterizado desde siempre. Él ha hecho un buen proceso de formación. Yo fui maestro de él, siempre ha sido muy inquieto, atento, servicial, con mucha creatividad y haciendo mil cosas. Creo que es una persona muy responsable con su vida franciscana, con su vida personal, cuida también sus tiempos, sus espacios, y creo que es una persona muy bonita y valorada entre los frailes. Es por eso que la celebración expresa también aquello, la valoración que hay, la alegría de este momento importante en su vida y que le cualifica en términos del servicio, en términos del ministerio. Todos deseamos para él lo mejor y le acompañamos en eso”, comentó.
Orgullo de padres
La Señora Inés Eulufi es la madre de Miguel Ángel. Recuerda con nostalgia cuando con solo siete años jugaba a hacer Misas. “Para mí es gratificante este momento, yo estoy feliz porque él está feliz. Yo creo que es lo más importante que puedo sentir como mamá porque es la vocación que él eligió. Además, la congregación franciscana es muy especial, así que estoy feliz”, comentó.
Por su parte, Don Julio Correa atesora el día en que Miguel le contó sobre su intención de ingresar a la Orden Franciscana. “Él fue a mi trabajo y me dijo que quería conversar conmigo. Yo le respondí: vas a ser cura. ¿Cómo sabes?, me dijo. Yo siempre lo supe, y estaba feliz. El comenzó desde niño siendo acólito y ese fue un paso muy importante en su vida. Hoy me siento muy orgulloso de él, y siento que va a llegar muy lejos, porque siento tan joven hoy lleva adelante muchas responsabilidades”, expresó emocionado.