La iniciativa, fue desarrollada en la Casa de Acogida San Felipe de Jesús de Santiago.
En la intersección de Calles Chiloé, esquina Victoria, en pleno corazón de la capital, se encuentra la casa de jóvenes franciscanos, un espacio de encuentro, oración y formación para el seguimiento de Jesús, desde la intuición de San Francisco de Asís.
Bajo esa convicción y en relación al estallido social que vive el país, decenas de jóvenes se dieron cita en un cabildo, para estudiar la actual Constitución, conversar sobres sus esperanzas del actual movimiento y elaborar propuestas de mejora desde su mirada.
“Hemos querido hacer un cabildo, precisamente por este proceso de reconstruir Chile, desde el querer de todos los chilenos y sobre todo, en esta instancia, desde los jóvenes, desde nuestra perspectiva de la fe”, explicó el hermano Luis Cisternas encargado de la casa.
El espacio se desarrolló en dos instancias: primero, desde la perspectiva constitucional, y luego a través de reflexiones propuestas por la Conferencia Episcopal y por la Vicaría para la Educación del Arzobispado de Santiago.
Para Pablo González, uno de los asistentes, “es fundamental el diálogo con nuestros hermanos, en un trato de igual a igual entre las personas para conversar qué queremos de nosotros mismos, de nuestro barrio, de nuestra ciudad, de nuestra país”.
Por su parte, Camila Carrimán, otra de las jóvenes participantes, “como ciudadanos y como cristianos estamos llamados a no quedarnos quietos, y a partir dialogando me parece una vía deseable y muy buena. Sobre sus esperanzas, explicó que desea que se avance en una sociedad más justa, “donde como dice el lema, la dignidad se haga costumbre, y donde todos nos hagamos más responsables. También tengo la esperanza de que haya una Iglesia más comprometida, más despierta, más integrada a la sociedad”.
Sobre el rol de los jóvenes católicos, se refirió Marioly Torres, quien en el espacio se refirió a la necesidad de hablar sobre lo que está ocurriendo, y donde se puedan realizar propuestas que contribuyan a la discusión: “Por eso es importante que los jóvenes digamos algo al respecto. Somos jóvenes, somos católicos, juntos tenemos un carisma particular, nosotros somos franciscanos tenemos algo que decir”, afirmó.
Opinión compartida por el joven Francisco Belmar, quien se refirió al lugar de la Iglesia en medio del actual contexto: “Una de las tantas acciones que puede tomar la Iglesia, en cuanto a aportar al movimiento social, ponerse al servicio de la población, de la gente, brindar los espacios para que se generen este tipo de instancias. Me parece que es un muy buen aporte y yo diría que es su deber hacerlo”.
Las reflexiones y propuestas surgidas del cabildo, serán entregas a la CECH y Vicaría para la Educación, para que puedan ser parte de los aportes procedentes de las bases de pueblo católico.