El próximo lunes 16 de septiembre, la Virgen de Nuestra Señora del Rosario de Fátima pisará suelo chileno para peregrinar por el país durante cerca de ocho meses.
Proveniente de Portugal, la imagen enviada por el Santuario de Fátima, será recibida en el Aeropuerto Internacional de Santiago, desde donde saldrá en compañía de una caravana de fieles que la acompañarán hasta su primera parada: el templo más antiguo de la capital, donde será recibida con un «Concierto de Campanas de Bienvenida», y luego se oficiará la primera Eucaristía en su honor.
La Misa de bienvenida será presidida por el Administrador Apostólico de Santiago, monseñor Celestino Aós, quien estará acompañado por los frailes del convento de San Francisco, la «Misión Fátima Chile», quienes tendrán su custodia temporal, además de miembros de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Chile (Conferre), sacerdotes y la comunidad creyente.
El propósito de su peregrinación, es iluminar a los fieles en la fe, renovar su esperanza y fortalecer su caridad. Para ello, la imagen de Nuestra Señora de Fátima promueve la Buena Nueva a través de la oración, la Eucaristía, la reparación de los pecados, la conversión y la consagración al Inmaculado Corazón de María.
El inicio de las peregrinaciones, se remonta al año 1945, cuando al finalizar la 2° Guerra Mundial la imagen de la Virgen comenzó a recorrer todas las capitales y ciudades episcopales de Europa. Así, desde aquella época a la fecha, la Virgen María ha estado presente en más de 70 países, en todos los continentes.
Tras ser venerada en el templo franciscano de Santiago, Nuestra Señora se trasladará hasta la ciudad de Arica, donde comenzará un recorrido hacia el sur del país, pasando por las ciudades de Rancagua, Temuco, Villarica, Los Ángeles, Concepción, Talca, Linares, entre otros lugares.
Historia de la Virgen Fátima
Fue el 17 de mayo de 1917, cuando la Virgen María se apareció frente a tres pequeños pastorcitos, cerca del pueblo de Fátima, en Portugal. Esa fue la primera de seis apariciones, que se llevaron a cabo una vez al mes, cada día 13, donde la Madre les entregó un mensaje de conversión, la práctica de la oración y la penitencia como camino a la reparación de los pecados.