En el marco del mes de la solidaridad se vivió en la Casa de Jóvenes San Felipe de Jesús, la experiencia “Fraternizando” con el Cristo pobre y crucificado. El objetivo de esta experiencia es descubrir elementos antropológicos, cristianos y franciscanos necesarios para una vida en clave de donación fraterna. Además, es necesario destacar que los jóvenes adquirieron herramientas sociales para la formulación de proyectos en beneficio de la comunidad y de los más pobres.
Este es el segundo año que la casa ofrece esta instancia como una oportunidad para renovar el llamado a la práctica del amor y así, comprometernos con Cristo en las personas más frágiles y vulnerables de nuestra sociedad. Por eso, como en todas las experiencias, los jóvenes son interpelados a preguntarse sobre: ¿cómo estoy viviendo? ¿por qué vivir en clave de donación? ¿por qué comprometerme con los demás? Uno de los jóvenes participantes, Pablo Simon, comenta sobre la experiencia, lo siguiente:
“La experiencia es un lugar de encuentro, en donde además de conocer personas de todas partes con distintas realidades y experiencias, aprendes mucho del cristianismo, de los franciscanos e incluso de ti mismo”