El 14 de enero de 1853 dejaba de existir el fraile Andrés García Acosta, humilde limosnero, reconocido por sus virtudes y caridad. En el día en su pascua, cientos de fieles visitaron su tumba y recordaron su legado.
“Gracias fray Andresito por favor concebido; Gracias por salvarme la vida; Gracias humilde franciscano por escuchar nuestras súplicas”. Son cientos los mensajes de agradecimiento que rodean el sepulcro de fray Andresito en la iglesia Recoleta Franciscana, como registros de su intercesión ante Dios frente a las causas de sus devotos.
Por ello, en el día en que la Iglesia recordó su pascua número 166, creyentes de distintos lugares de Santiago llevaron flores a su mausoleo, encendieron velas en su memoria y celebraron la Eucaristía para orar por su eterno descanso.
Víctor Tapia y Laura Urrutia asisten semanalmente al templo de Recoleta para rezarle “al bueno”, como le dicen. Cuentan que en 2014 su nieto de tres años fue contagiado por una batería que le afectó el pulmón y lo dejó en estado de coma.
“Cuando vine a rezarle para que nos ayudara con la salud de mi nieto, uno de los frailes del convento me ofreció ir a darle la extremaunción a la clínica y llevarle la sangre de fray Andresito. A esas alturas, los médicos ya habían tomado la decisión de desconectarlo, así que nos encomendamos al bueno”, cuenta Víctor.
De a poco, los médicos desconectaban las máquinas que mantenían vivo al niño y la familia se preparaba para lo peor. “Los médicos nos decían que nuestro nieto quedaría en estado de coma, pero lentamente se comenzó a recuperar, aprendió a caminar de nuevo, a hablar, y hoy ya tiene 14 años. Es un niño completamente normal, lleno de energía y todo se lo debemos al bueno”, dice Laura.
Testimonios como este se escuchan a diario en la Recoleta Franciscana, templo que fue levantado y restaurado gracias la labor sencilla del humilde limosnero. Por ello, su testimonio de piedad y amor profundo a Dios, a quien deseaba servir y dirigía sus afectos, sumado a su testimonio de pobreza, solidaridad y preocupación por la clase obrera, fueron parte de las virtudes heroicas reconocidas por el Papa Francisco, quien el 8 de julio de 2016 lo declaró Venerable Siervo de Dios.
La Misa de su pascua, que fue presidida por el hermano Isauro Covili, provincial de la orden, quien en su homilía destacó: “Fray Andresito supo en su vida transparentar en su vida al Dios de la misericordia, a Jesús, cercano y amigo de todos, especialmente de los más pobres. Fray Andresito fue llamado por el Señor para ser lo que fue. Por eso, en este día de su pascua, pedimos al Señor poder valorar su valorar su causa, que podamos creer cada día en Jesús, que podamos abrir camino de confianza, de valoración y respetos entre unos y otros”, expresó el fraile.
El legado de fray Andresito
Pensando en glorificar la imagen del Venerable Siervo de Dios y a la espera de que se cumpla el milagro que pueda llevarlo a la beatificación, la Orden Franciscana de Chile ha llevado adelante diversas iniciativas, que buscan mantener vivo su legado. Durante 2018, se realizó el festival “Una Canción para fray Andrés”, que a través de la música y la composición generó un espacio de encuentro entre la comunidad ante su figura.
Asimismo, para dar a conocer su historia de vida, la Oficina de Comunicaciones de la Orden, junto a la vice-postulación de su causa, lanzaron una serie de videos “Camino hacia la beatificación”, que a través de entrevistas y testimonios relata su vida, la devoción popular en torno a su imagen, su labor social y religiosa.
Por otro lado, el comedor solidario que lleva su nombre, emplazado dentro del convento desde la década del 70´, entrega almuerzos a cerca de 150 personas en situación de vulnerabilidad que habitan en el sector. Gracias a esta labor, llevada adelante por frailes franciscanos y voluntarios de la comunidad, personas en situación de calle, migrantes y adultos mayores de Patronato y el barrio La Chimba, comparten la mesa con un plato de comida.
Para este 2019, el propósito se centra en la realización de un proyecto de conservación y reparación del convento Recoleta Franciscana, que permita continuar proyectando la espiritualidad franciscana frente a la comunidad del lugar y los devotos. “Hemos querido presentar la mantención y restauración de esta iglesia, que es la misma que fray Andresito ayudó a construir tras el terremoto que la devastó, pensando en que podría ser el futuro santuario de Santiago”, señaló el guardián del templo, hermano Adrián Arancibia.