«Valor Arquitectónico y patrimonial del convento san Francisco de Asís y templo San Antonio de Padua de Iquique»

En el contexto de la «Conmemoración de los 110 años de la presencia de los franciscanos en Iquique (1908-2018)» se realizó ayer en el Templo Patrimonial de San Antonio de Padua la  charla «Valor Arquitectónico y patrimonial del convento san Francisco de Asís y templo San Antonio de Padua de Iquique» a cargo del reconocido arquitecto Rodrigo Fuentealba Gabaude. En la charla participaron más de cuarenta personas las que conocieron detalladamente cuándo y cómo se construyeron estos emblemáticos edificios religiosos.

Luego de la charla se inauguró una exposición de fotografías reproducidas de los  libros de crónicas que conservan los frailes en el convento. La jornada culmino con un ágape que la comunidad franciscana ofreció a los asistentes.

Durante todo este año los hermanos franciscanos junto a toda la comunidad parroquial han desarrollado una serie de actividades que buscan visibilizar la historia de la presencia franciscana en Iquique  y poner en valor el patrimonio material e inmaterial tanto de la orden franciscana seglar como de la orden de frailes menores.

Sobre el templo:

El Templo de San Antonio de Padua presenta una fachada principal de tres cuerpos verticales, uno central desplazado hacia delante del plomo de la fachada,  compuesto de un vano de acceso a la nave principal, coronado por un tímpano y un rosetón característico de las iglesias góticas, y rematando con  una escultura de San Francisco.

Los dos cuerpos laterales se encuentran definidos por un acceso de dos puertas batientes, coronado por un óculo superior, más arriba se forma una torre campanario de planta cuadrada  de doble altura, con vanos ojivales en sus cuatro lados. Sobre cada campanario se encuentra   una torre  hexagonal con balcón y rematada por un agudo chapitel de 6 faldones y una cruz. Cabe destacar sus molduras que coronan horizontalmente los niveles del edificio.

La planta del edificio  de 42 x 19.4 m corresponde al esquema de una planta basilical clásica, una  doble hilera de seis columnas estriadas de capitel Corintio, formando una arquería Ojival que separan la nave central de las dos naves laterales. Una cornisa de modillones y dentículos definen en el interior la separación de la altura de las naves. La central, de cielo abovedado con fenestraciones de ventilación, se prolonga hasta el presbiterio y remata en el gran altar neogótico  adosado al muro testero del ábside.

En las  naves laterales, junto al  muro perimetral se encuentran 4 fenestraciones  ojivales que permiten la iluminación interior.

El acceso al coro alto es desde una escalera adosada al extremo poniente exterior del edificio, estableciendo un vínculo directo con el convento.

Sistema Constructivo y materialidad.

El edificio se encuentra  construido totalmente  en Madera, mediante el sistema Balloon Frame, mientras que  en la parte exterior el edificio se encuentra revestido con  un estuco de mortero. La cubierta es de Acero Galvanizado.