Jueves Santo en San Francisco de Mostazal

Durante el jueves santo, por ejemplo, se celebran dos cosas: la última cena, de la que seguramente te habrán hablado, y el lavatorio de pies. La última cena fue la última reunión de Jesús con sus doce mejores amigos y allí se despidió de todos ellos anunciando que entre los presentes se encontraba un traidor. Ese traidor era Judas, que les había indicado dónde estaría a quienes querían capturarlo. Durante la cena comieron cordero, como marcaba la tradición judía, pero compartieron el pan y el vino. El acto de compartir el pan y el vino es el símbolo con el que hoy se recuerda a Jesús. Es la comunión, que quizá hayas celebrado o estés preparando.

El lavatorio de pies fue el último mensaje de Jesús a sus apóstoles. Durante la época no había zapatos y la gente llevaba sandalias por caminos llenos de tierra y piedras, por lo que era muy habitual tener los pies sucios. Jesús decidió lavarles los pies a los discípulos antes de la cena, algo que sorprendió a sus compañeros. Ellos lo trataban como a un maestro y, por aquel entonces, lavar los pies era un acto de servicio que hacían los esclavos o las mujeres, no los sacerdotes o los maestros. La lección que quiso enseñarles era que, si él, que era un maestro, se inclinaba para lavarles los pies, cualquiera de ellos debía ser siempre servicial y tierno con los demás.