Consejo nacional de la Jufra

El pasado fin de semana, desde el Viernes 29 de abril hasta el Domingo 1 de Mayo, los representantes zonales (del norte, centro, centro sur, y sur) de los jóvenes del movimiento JUFRA de Chile, se dieron cita en la Recoleta Franciscana de la cuidad de Santiago.

Durante la tarde del viernes comenzaron a llegar los hermanos/as, para compartir una once, y luego, dar inicio oficialmente al Consejo con la Oración de la noche, en la que contemplaron la escena de Pentecostés.

En la mañana del sábado, después de la oración, los jufristas se unieron al servicio de los jóvenes voluntarios de la Recoleta Franciscana, para salir a ofrecer desayunos a los hermanos/as de la calle, actividad que fue valorada por todos los jóvenes de Jufra. Al regreso de la actividad solidaria, compartieron el desayuno, y luego se reunieron, hasta el almuerzo, para evaluar las últimas actividades del presente año.

En la tarde, tuvieron un importante tiempo de formación, dirigido por Francisca Guerra, de la Pastoral Universitaria, quien les animó en el “liderazgo al estilo de Jesús”. Terminada la formación, los jufristas peregrinaron hasta el Cerro San Cristóbal. La caminata sirvió para fraternizar y tener un momento de recreación. En la cumbre del cerro, a los pies de la Virgen, los jufristas cantaron y entonaron el grito de la JUFRA.

Durante la noche del sábado, se celebró el  cumpleaños de los hermanos Paloma Galindo, y Fray Carlos Olea.

El domingo después de la oración, los jufristas que cambiarían de etapa tuvieron un dialogo fraterno con el Hno. Luis Cisternas, mientras los demás hermanos coordinaban el próximo consejo electivo. Con la Eucaristía de 12 hrs se dio término al encuentro. En dicha celebración, distintos hermanos de la Zona Masis, hicieron su cambio de etapa en la vida del movimiento, resaltando los hermanos que ingresaron en la etapa de apostolado.

Los jóvenes terminaron contentos el consejo, y tristes porque el final significa despedida.

Se agradece a los frailes de la Recoleta Franciscana por acogernos en su casa, y a los hermanos Fernando Candia y Carlos Olea por acompañarnos.