Este año las misiones de Verano de la Juventud Franciscana de Chile, nuevamente se realizaron en dos localidades paralelamente: Parral y Paihuano. Para cada lugar se prepararon temas y talleres, que los jóvenes estaban invitados a recibir por la mañana, para luego, durante la tarde, transmitirlo a la comunidad local. Además, se tuvo como reflexión transversal de la misión, “el año de la Misericordia” convocado por el Papa Francisco. Por lo mismo, el lema que acompañó a la JUFRA en su labor misionera, fue: “Jóvenes, Misioneros y Misericordiosos como Jesucristo”.
Diego Leal, integrante de la Fraternidad Esperanza Franciscana de Concepción nos comenta, la experiencia misionera en Parral: “Las misiones en Parral se llevaron a cabo en la zona urbana de la ciudad, principalmente en sectores vulnerables en donde me tocó ver de todo: abandono, pobreza, drogadicción, alcoholismo, violencia intrafamiliar, etc. A pesar de todo, cada momento vivido por nosotros, bueno o difícil, fue importante y del cual se podían sacar enseñanzas importantes y lecciones de vida.
Como misioneros nos dedicamos a escuchar, conocer, acompañar, ayudar, visitar y enseñar a personas sin discriminar, durante todo el día, mientras las invitábamos a compartir con nosotros en talleres y actividades, para todas las edades, que realizábamos en las correspondientes capillas.
La gente se encariño mucho con nosotros en especial, nuestras familias adoptivas que nos recibían cada noche y nos facilitaban un lugar para dormir.
Al final de las misiones uno se da cuenta de todo lo que aprendió de esta hermosa experiencia, se aprende de la gente y de sus historias, se aprende compartiendo, se aprende escuchando, se aprende orando, se aprende observando y se aprende enseñando. Al fin y al cabo, yo no fui a misionar, sino, a ser misionado”.