Durante la segunda quincena de Enero, nueve jóvenes de JUFRA provenientes de las fraternidades de Talca, Chillán, Los Ángeles, Concepción y Mulchén, en compañía de Fr. Manuel Pezo, Fr. Ricardo Vásquez y de los hermanos de la casa de Formación del Postulantado y del Post-noviciado, realizaron un tiempo de misión  en el sector rural de la ciudad de Parral desde el 26 al 31 de enero.

Estos jóvenes en compañía de los hermanos franciscanos, respondiendo al llamado de Jesús, de ir por el mundo anunciado la Buena Nueva. Ellos dedicaron este tiempo de misión en cuatro comunidades de la Parroquia San Francisco de Parral, las cuales fueron: Fuerte Viejo, Titimbilo, Quinchamabila y Cullumiyaco.

El objetivo de la misión consistía en poder profundizar en la experiencia de vida de fe de las familias de las diferentes comunidades a través de las visitas a sus hogares. Junto con ello, los jóvenes contaban con tiempos fuertes de oración y vida fraterna, que se transformaba en el testimonio vivo que ellos compartían con las familias que visitaban.

Durante estos días, los jóvenes misioneros fueron profundizando en la experiencia de fe sencilla y acogedora de las familias que los recibían, del testimonio vivo y creíble de la esperanza que nace de un corazón confiado en la providencia que emana por parte de Dios y que el valor de la fraternidad sigue siendo un modo de vida válido y concreto para poder ir haciendo vida el Evangelio y el Evangelio vida.

Al finalizar este tiempo de misiones, cada comunidad, agradecida por la presencia de misioneros, elevó una Acción de Gracias al Padre, a través de la Eucaristía, que fueron presididas por los hermanos Claudio Salgado y Ricardo Vásquez, donde se invitó a las comunidades a seguir profundizando en el valor de la comunidad y de la preocupación  por los adultos mayores que se encuentran presentes en dichos sectores, para hacer presente en esos lugares de dolor y soledad la presencia de Jesús resucitado.

Concluyendo, este tiempo de misión vivido entre la JUFRA y los hermanos franciscanos ha sido una oportunidad de poder profundizar en lazos de unidad, fraternidad y compromiso mutuo, desde una misión compartida y así poder seguir viviendo el ideal Evangélico de san Francisco de Asís en el mundo de hoy.